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Trabajar en hostelería puede ser una experiencia increíblemente gratificante, sobre todo si lo vemos por el lado humano, el contacto con el cliente es algo que a todos los que trabajamos en hostelería, nos une. Por otro lado, no todo es tan estupendo, hay un lado oscuro: el de los riesgos laborales. Desde peligros físicos como caídas, cortes y quemaduras hasta riesgos psicológicos causados por las largas jornadas y la presión de los clientes.
Cocineros y camareros no siempre tienen toda la formación ni la experiencia necesarias para estas exigentes funciones. Además, sustancias químicas como los detergentes que se utilizan en restauración también suponen un riesgo potencial para la salud.
Por un lado, Los sumilleres y los que trabajan en mostradores o al otro lado de la barra tienen sus propios peligros y por otro, los cocineros, ayudantes de cocina y camareros se enfrentan a potenciales peligros mientras preparan la comida o atienden a los clientes en el comedor.
Los cocineros deben enfrentarse a multitud de riesgos en la cocina: desde temperaturas extremas de frío y calor a humos de cocción, cuchillos afilados o suelos resbaladizos… por otro lado, ponen en peligro sus manos al manipular productos que están muy calientes o congelados. Las sustancias químicas utilizadas para tareas como lavar los platos pueden dejar residuos peligrosos si no se manejan con cuidado. Navegar en estas condiciones requiere una vigilancia constante para evitar caídas peligrosas causadas por derrames de alimentos líquidos como el aceite.
Por tanto, los principales riesgos a tener en cuenta en la cocina son:
Los profesionales de la cocina están sometidos constantemente a riesgos biológicos; corren el riesgo de padecer trastornos cutáneos como dermatitis por irritación, dermatitis alérgica de contacto y verrugas en las palmas de las manos. También intoxicación por inhalación o absorción, quemaduras cutáneas, irritación ocular e incluso el desarrollo de asma. También pueden producirse infecciones fúngicas debido a la manipulación de frutas, zumos o sus residuos. Los humos de cocina -como los gases, vapores y humo que se producen al carbonizar grasas animales – contienen benzopireno, que ha sido clasificado como posible carcinógeno.
Riesgos psicológicos: Trabajar en el sector servicios puede ser un reto: horarios largos e irregulares, trabajar de noche, fines de semana o vacaciones; tener que seguir el ritmo de una carga de pedidos a veces inmanejable en horas punta. Todo esto puede pasar factura al bienestar mental y a la salud física, provocando diversas enfermedades psicosomáticas debido a la presión excesiva
Formacion: Trabajar en un restaurante o en un hotel tiene sus propios riesgos laborales. Lamentablemente, muchas veces, son trabajadores temporales que carecen tanto de información crítica sobre los riesgos potenciales como de formación para evitarlos. Para garantizar la seguridad de todos los empleados implicados, los empresarios deben insistir en la importancia de una formación adecuada en Prevención de Riesgos Laborales (PRL), una clave vital para evitar condiciones peligrosas en el trabajo.
Somos tu aliado para la tranquilidad de tu negocio. Estamos a tu lado para ayudarte y resolver tus dudas.
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